El proceso de fabricación de cremalleras metálicas ignífugas consiste en combinar materiales metálicos con materiales resistentes al fuego. El material de la cinta de las cremalleras metálicas ignífugas suele ser aramida, una fibra sintética resistente a altas temperaturas. Primero, las fibras de aramida se someten a un procesamiento textil para producir cintas con especificaciones y tamaños específicos. Posteriormente, se fijan los dientes metálicos a la cinta de aramida. Para mejorar la resistencia al fuego, se puede recubrir la superficie de la cinta con una capa de material ignífugo, como un retardante de llama, para mejorar la resistencia de la cremallera. Todo el proceso requiere un estricto control de la temperatura y los parámetros de fabricación para garantizar un rendimiento excelente de la cremallera, como resistencia a altas temperaturas, resistencia al fuego y resistencia a la abrasión, lo que la hace adecuada para equipos de protección contra incendios y su uso en entornos de alta temperatura.