Cremalleras: pequeños inventos que crean grandes milagros

El botón móvil se convirtió en un éxito internacional, al igual que la cremallera, 30 años después de que su inventor, Whitcom Judson, lo patentara en 1923, 14 años después de su muerte. De hecho, la aparición de la cremallera surgió originalmente para resolver un pequeño problema en la vida de las personas.

zipper

Muchos inventos se han hecho un nombre en la Exposición Universal, pero la cremallera no ha tenido tanta suerte. En 1923, 30 años después de que Witcon Judson, el inventor del botón móvil, solicitara una patente, el pequeño objeto se vendió internacionalmente bajo el nombre de cremallera, y Judson ya había fallecido 14 años antes. De hecho, la aparición de la cremallera surgió originalmente para resolver un pequeño problema en la vida de las personas.
Luchando por la Expo y pasando frío
A finales del siglo XIX, la gente aún conservaba la costumbre de usar botas largas. Sin embargo, sus defectos eran evidentes. Cada bota tenía más de 20 botones de hierro, lo que hacía que ponerlas y quitarlas fuera extremadamente laborioso y laborioso. Un amigo con dolor de espalda mostraba una expresión de dolor cada vez que se ponía y se quitaba las botas, lo que motivó a Witcon Judson a mejorarlas.
Como ingeniero mecánico, a Judson le suele gustar modificar máquinas y experimentar con diversos dispositivos, pero esta vez el camino hacia la mejora no fue tan fácil. Judson pensó en usar un dispositivo como dientes espaciadores para sellar la abertura herméticamente. Pero ¿cómo lograr que se abra y cierre libremente? Este problema sin resolver se convirtió en parte de su "enfermedad del corazón".
Un día, fue a una herrería a comprar cucharas de arroz. Las cucharas de hierro en esta tienda están cuidadosamente colgadas: una barra de acero colocada horizontalmente cuelga las filas superior e inferior, la fila superior es la barra de acero que pasa directamente por el orificio del mango de la cuchara, y la fila inferior es el mango de la cuchara boca abajo, "encajados" por el hueco de la cuchara. Judson eligió la quinta cuchara de hierro de la izquierda y abajo. Tiró de ella con fuerza, pero no pudo bajarla. Parecía morder con fuerza. Más tarde, el maestro herrero le dijo que abriera la cuarta cuchara de la izquierda. La que necesitaba se sacó fácilmente. Comprar una cuchara de arroz le trajo una cosecha inesperada. Las dos filas de cucharas de hierro que estaban firmemente encajadas se convirtieron en el prototipo de la "cremallera" que imaginó. Diseñó el mecanismo de la cremallera basándose en este principio de mordida.
En 1893, Judson solicitó una patente estadounidense y presentó su nuevo invento en la Feria Mundial de Chicago. El invento se conocía entonces como el "botón deslizante", también conocido como "botón extraíble". A pesar de la presión ejercida por Judson, este "botón" no fue muy popular debido a su volumen, su solapa suelta de velcro y su facilidad de desprendimiento. Aun así, atrajo la atención de fabricantes individuales.
Guerra con botones
En 1902, una empresa que originalmente producía botones y encajes adquirió la patente, registró la marca "kubituo" y comenzó a producir cremalleras para zapatos. Pero esta empresa "cangrejera" se desmoronó rápidamente. El "kubituo" de producción no se podía levantar ni abrir, y a veces colapsaba repentinamente, causando una gran vergüenza para los consumidores. El desacreditado "kubituo" se convirtió en un producto de venta lenta, y la primera empresa en producir cremalleras finalmente cerró con pérdidas.
Sin embargo, la gente nunca ha desistido de su búsqueda de un estilo de vida cómodo. Desde 1908, el sueco Senbeck, quien trabajaba en Estados Unidos, comenzó a estudiar la mejora de la cremallera. Para cerrar la parte dentada de la cremallera y evitar la explosión, propuso una cremallera compuesta por tres partes: dientes, tirador y cinta de tela. La concibió y la bautizó como "cierre sin dientes". Esta nueva idea es la cremallera que usamos hoy en día. Esta idea ya era muy avanzada. En 1913, Senbeck fijó dientes metálicos de bloqueo a un eje flexible, cada uno de los cuales era un pequeño gancho. Esta cremallera es resistente y se convierte en un producto fiable.
Senbeck utilizó este nuevo tipo de cremallera en ropa femenina. Desafortunadamente, la gente aún recuerda el colapso automático de la cremallera hace 10 años. En aquel entonces, las mujeres relativamente conservadoras no se atrevían a usar ropa femenina de moda con cremalleras. Cuando los fabricantes que producen y venden botones descubren que la cremallera se convertirá en el mayor enemigo de los botones, los atacan en grupo, llamándola "el enemigo de la ropa civilizada". La empresa de Senbeck vuelve a estar en apuros. La cremallera, como producto básico, entró en el mercado por segunda vez, pero seguía siendo la condena al fracaso.
Cremallera de rescate en caso de accidente aéreo
La historia suele reescribirse debido a factores accidentales, y el destino de la cremallera no es la excepción. Un increíble accidente aéreo salvó la industria de las cremalleras, que estaba en decadencia.
Poco después de que la cremallera perdiera protagonismo en el mercado, se produjo un accidente en un espectáculo aéreo sobre la Plaza de la Concordia en París. Tras un minucioso análisis y la recopilación de pruebas por parte del equipo de investigación de accidentes, se descubrió que un botón de la chaqueta del piloto se enrolló en el motor del avión, causando el accidente. El exorbitante precio provocó que el Ministerio de Defensa francés emitiera una orden para no abrochar los botones de los trajes de vuelo, y los países europeos y americanos siguieron el ejemplo.
“¡Tenemos esperanza!” Tras enterarse de esto, Senbeck decidió que esta era una oportunidad para traer la cremallera

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